EL FUTURO DE LAS AFAS


La fuerza de nuestras asociaciones son las personas que las conforman. Enfermos y familiares que ven en ellas un punto de encuentro donde poder compartir las problemas que una enfermedad como el alzheimer provoca en la vida diaria. Técnicos que esforzadamente trabajan para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por este mal. Socios que luchan por conseguir ayudas y mejorar la visibilidad de una problemática no sólo sanitaria, también social.
Vivimos momentos de gran incertidumbre económica. Contestados recortes en sanidad, educación, servicios sociales o dependencia han afectado al conjunto de la ciudadanía, especialmente a las personas más débiles, entre ellas a los enfermos de alzheimer. Y por supuesto, a todas las asociaciones a las que asisten estas personas buscando orientación y ayuda.


Las asociaciones necesitan de ingresos económicos para poder mantener sus sedes, sus servicios y a sus trabajadores. Y es labor de las juntas directivas conseguir la estabilidad financiera necesaria para que estas sigan cumpliendo sus objetivos.

AFAMSO se ha adaptado a los tiempos actuales. Nuestra autofinanciación llega al 40 por ciento de nuestro presupuesto. Pero el otro 60 debe venir de instituciones públicas y privadas. Por un lado, las obras sociales de bancos y cajas, así como los donativos efectuados por entidades empresariales. Y lo que es más importante, subvenciones por parte de la Administración a nivel local, regional y nacional.

Por tanto, llegamos a un punto importante. Ahora mismo las administraciones públicas están recortando o en otros casos, quitando las ayudas a los proyectos realizados por asociaciones como la nuestra. En nuestro caso, seguimos manteniendo la colaboración con el Ayuntamiento de Móstoles además de lo recibido a través del 0,7 por ciento del IRPF. Pero no es suficiente, ya que no cubre lo que hemos dejado de percibir por parte de la Comunidad de Madrid.

Y aquí es donde radica un problema muy importante. La Comunidad orienta su ayuda a la prestación del servicio, que es lo que se denomina "Cheque Servicio", es decir, al dependiente se le da un dinero para que pague el servicio obtenido al centro al que acuda. En definitiva, pretende que nos convirtamos en mero prestadores de servicios, orientados fundamentalmente a los grandes dependientes.

Pero, ¿qué pasa con aquellos que no han sido considerados dependientes?, ¿y los que lo son en grado bajo o medio y no reciben ningún tipo de prestación actualmente?, ¿que ocurre con los enfermos de alzheimer que al cumplir los 65 años no quedan comprendidos como discapacitados?, ¿una asociación puede competir con entidades privadas, tales como centros de día o residencias?, ¿debemos cambiar nuestros objetivos?.

La respuesta, por parte de AFAMSO, es no. Nuestro objetivo es atender a todos aquellos enfermos de alzheimer y otros tipo de demencias que presentan un grado leve o moderado y que que todavía pueden vivir en sus hogares, con el cuidado y ayuda de sus familiares. Estamos hablando de personas que no necesitan una atención especial o residencial en centros adecuados.

Esta visión, compartida por otras asociaciones, debe ser legitimizada ante los responsables de la Administración, pues no sólo atendemos a una población numerosa en nuestra Comunidad, sino que suponemos un ahorro importante a nivel sanitario, ya que retrasamos la institucionalización de la enfermedad.

Por supuesto, otras asociaciones tienen una visión distinta, estableciendo como objetivo constituirse en centros de día, pero sin perder su función social. Ambos puntos de vista son complementarios, y en nuestra Federación debe consensuarse una postura común en el que tengan cabida todas estas opciones, pero defendiendo, como decimos, la labor social y de apoyo a los enfermos y sus familias que durante tantos años llevamos haciendo.

Desde AFAMSO deseamos ser optimistas. Vamos a seguir nuestra línea de trabajo. Vamos a seguir luchando por nuestros usuarios y familiares. Vamos a seguir pidiendo a las entidades privadas su colaboración. Vamos a seguir reclamando a la Administración la ayudas necesarias a nuestra labor, cuyos destinatarios, en definitiva son los enfermos y su entorno. Vamos a seguir sensibilizando sobre el alhzeimer y sus consecuencias. En definitiva, cuidar la labor realizada y seguir mejorando de cara a nuestros usuarios y ante la sociedad.

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