HACHAZO DEFINITIVO A LA LEY DE DEPENDENCIA

Según el Gobierno, su idea es reformar profúndamente la Ley de Dependencia para racionalizar y modernizar los servicios que se prestan a los usuarios para garantizar su sostenibilidad en el futuro, priorizando los servicios sociales sobre las prestaciones de tipo económico. La realidad es que el Estado deja de asumir la parte de la financiación que le corresponde.

Estamos hablando por tanto de la extinción de la Ley de Dependencia. Las Comunidades Autónomas no disponen de los recursos económicos necesarios para poder asumir la retirada del Estado en la financiación de la dependencia. Y por supuesto, el incremento del copago de los usuarios daría como resultado que los dependientes verían reducidas sus prestaciones a niveles, en muchos casos ridículos.
La retirada de ayudas mediante conciertos económicos a entidades privadas como centros de día y residencias, así como de las subvenciones para las asociaciones de enfermos y familiares que tratan de diversas maneras las distintas enfermedades y discapacidades de los dependientes, no sólo compromete la calidad de vida de los mismos, sino que abocan al desempleo a numerosos profesionales que durante todos estos años han formado parte de la misma Ley y su aplicación.
Una Ley que nació con el objetivo de que la Administración, tanto central como autonómica, se implicara en ayudar mediante diversas prestaciones a mejorar la calidad de vida de aquellos ciudadanos con discapacidad o enfermedad crónica así como la de sus familiares, parece que va a convertirse en una ley de servicios, en los que aquellos que tengan posibilidades económicas podrán acceder a los recursos que necesiten para llevar una vida digna.
Os recomendamos leer estos dos artículos periodísticos que ahondan sobre este tema, tanto en el de los recortes, como el futuro que espera a la dependencia:
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